Confía en ti: tu cuerpo está preparado para cubrir todas las necesidades básicas de tu bebé.
Dedica tiempo al vínculo, a conoceos mutuamente. Descubre la nueva dinámica que formáis como familia. todos tenemos nuevos roles con la llegada de un bebé y lleva su tiempo descubrirlos y aceptarlos.
Ponte a tí, a tu bebé y a tu familia en primer lugar: Reduce a un mínimo las visitas. Necesitáis intimidad y descanso.
Pide ayuda antes de que te supere la situación: No te calles, expresa tus preocupaciones y necesidades… No olvides que tienes ayuda a nivel profesional a través de tu matrona de Atención Primaria.
Acepta que tu hijo tiene su ritmo: Descansa siempre que puedas. Intenta adaptarte a su ritmo al principio, sacando tiempo para descansar durante el día en lugar de intentando que el bebé duerma más horas seguidas durante la noche. Practica el colecho con tu bebé, así no se despertará tanto ni tu te desvelarás cuando te pida el pecho por la noche.
Si es lo que quieres, amamanta: sabiendo que tu leche es perfecta para tu bebé, que no hay leches aguadas y que a más estimulación, más producción. Infórmate con tu matrona, que te apoye durante toda la lactancia materna y que te dé conocimientos actuales basados en la evidencia científica.
Socialízate con otras madres en tu situación: participar en grupos de apoyo o de crianza es una buena forma de compartir inquietudes, de encontrar soporte emocional en otras madres/padres que están en la misma situación que tú.
No tengas miedo del llanto de tu bebé: Si aceptas que es su forma de comunicarse contigo, que es su forma de identificar lo que necesita y pedirlo, aprenderás pronto a entender sus mensajes y diferenciar su forma de llorar.
Olvídate del reloj: No hay mayor libertad que alimentar a tu bebé cuando el quiera, tu ritmo es el de tu bebé. Lactancia sin horarios, sin restricciones.
Haz lo que tu sientas, no lo que te digan: Quizás el consejo más importante, el que mejor de va a funcionar. La opinión de los demás nunca debe ser tu guía… usa tu sentido común, y haz lo que tu instinto de dice que debes hacer. Recuerda, que tú eres y siempre serás la mejor madre para tu bebé.