- Procura que el número de calorias que tomes cada día sea más o menos estable.
- Haz 5 o 6 comidas más ligeras en lugar de 3 comidas fuertes (la digestión en sí sube la glucemia)
- Come en horarios regulares todos los días
- Procura no tener un exceso de un tipo de alimento ni dejar de comer otro.
- Aprende a reconocer qué alimentos son los que más afectan a la cifras de glucosa en sangre y cuáles no.
- Evita el azúcar y los productos elaborados con ella, como bollería, pasteles o helados. Para endulzar, se puede utilizar estevia o extracto de espelta.
- Los hidratos de carbono (pan, cereales, patata, arroz, pasta, galletas…) mejor integrales, ya que aumentan menos la glucosa y aportan mucha más fibra.
- Toma la fruta mejor entera que en zumo (evitar por supuesto zumos envasados). Verduras, hortalizas, carne, pescado, huevos, se pueden tomar de forma libre. Controlar ciertas grasas animales, evitar la leche entera (mejor semi o desnatada y máximo de 3 vasos al día). Si la glucosa tras el desayuno es elevada, sustituye la leche por una bebida de avena.
- No hay una dieta igual para todas las mujeres con diabetes gestacional. Dependiendo de la levedad o gravedad de la misma, la dieta a seguir será más o menos estricta. Ayúdate de un nutricionista que pueda hacerte una dieta personalizada estos meses de embarazo.
- Realiza ejercicio moderado minimo 30 minutos al día. Según un reciente estudio realizado en casi 3000 mujeres concluyó que aquellas que practicaban ejercicio moderado de forma regular tenían un 30% menos de probabilidades de desarrollar diabetes gestacional. Ejemplos de ejercicios aconsejados en el embarazo son pilates o yoga prenatal, caminar o gimnasia en el agua.
Resumiendo: si conseguimos mantener un nivel controlado de glucosa en sangre tras habe sido diagnosticadas con diabetes prenatal, podemos evitar complicaciones tanto para la madre como para el bebé. Es fundamental llevar un buen estilo de vida, dieta equilibrada, control de glucemias, y actividad física moderada.